domingo, 12 de octubre de 2014

Valparaíso en 100 palabras. Acá les dejo dos de mis cuatro cuentos perdedores escritos el 5 de junio del 2014, el quinto es el ganador, un orgullo y alegría enorrrrme, lo más importante para mí como escritor es ser leído, se los dejaré en el blog cuando esté publicado, espero puedan verlo en algún lugar de Valparaíso. Disfrútenlos.



Desarticulación de las flores rosas

Ya no quería vivir en ese puerto pasado a pichí, los vecinos tiraban la basura en la puerta de mi casa, los niños me cortaban las flores y los delincuentes me robaban lo poco que me quedaba. Entonces recordé cuando mi tía Maggie estaba viva, comíamos sopaipillas todos los miércoles, subíamos en el ascensor Larraín, caminaba con dificultad y se le escapaban los peos por culpa de la diabetes, pero era feliz y volvía a plantar las flores rosadas que los chicos de aquel barrio cortaban todas las primaveras, recogía la basura y la dejaba a la disposición del camión.


Salida con la Tía Jani


Hoy la tía Jani me invitó a salir. La acompañé al banco a sacar plata para pagar la luz. Ya habíamos almorzado así que no fuimos a comer pescado frito al Mercado Cardonal, pero me invitó a comer helado al Vitamin Service. Elegimos la Copa Merengue con muchos sabores, tenía durazno y estaba muy rica. Me dio frío en la guatita así que le dije a la tía que me comprara un ave palta y un tecito. Llegó el Marcelo y aún así no nos terminamos de comer la copa de helado. Compramos en el Santa Isabel y tomamos colectivo.

viernes, 23 de mayo de 2014

Fotos tomadas por mí, no se molesten en decirme lo hermosas que están, muchas gracias desde ya. Amo los sillones, si ésto fuera sexual sería un fetiche, pero no, es una debilidad, un cariño por el abandono. ¿Por qué la gente botará los sillones? Siendo que hay tantos que no tienen donde sentarse o dónde dormir, están descuartizados como víctimas de homicidio por cualquier parte, en los cerros, entre las malezas, me encantan. Súper al margen, pero admito que siempre que publico alguna foto sin alguna marca, o un texto que no haya sido publicado con anterioridad, me paso el rollo de que alguien llegará y los usará en su nombre, siendo un plagio terrible, pero no creo que sean tan hijos de p5t1 como para hacerlo, y si lo son qué se les va a hacer, después de todo ni que mis fotos fueran tan buenas, bueno, sí, son hermosas. Un besote en el cogote.






¡NO AL PLAGIO! POR UN INTERNET SIN MIEDO A LA COPIA, RESPETANDO LA OBRA DE LOS OTROS 

Los otros es una película de Alejandro Aménabar, tengo que ser consecuente si no quiero que plajeen títulos (ni siquiera existe la palabra plajeen). Creo que estoy siendo exagerado, es el sueño, amo a los sillones, buenas noches queridos contertulios.

Les dejo un cuento que escribí con el corazón después de oler a un par de personas en el cine. Gané mención honrosa en el concurso "Yo creo desde mi barrio" con el seudónimo de MATILUNA, así me decían en el jardín cuando era pequeño, por lo blanco, y como había otro Matías y no tenía apodo le pusieron MATISOL jajaja ni me acuerdo de él, copión jajaj ah casi. Pero bueno, a lo que vamos, acá les dejo el cuentis.



Perfume barato
Matiluna

                Botando palomitas por todos lados Andrea se abrió paso en el cine. Ama las películas infantiles, estaba a punto de ver la última caricatura estrenada: “La lámpara de mentira”. Se sentó central, como le gusta, en la sala escalonada. Del bolsillo de su chaleco de lana sacó un juguito en caja, de los que se llevan escondidos al cine, y de su otro bolsillo un paquete de ramitas de queso. La espera se le hacía interminable, entraba y entraba gente. A su derecha había sentada una niñita con sus primos mayores, “eran muy jóvenes para ser sus padres” pensaba ella. Delante suyo un joven de cabellos revueltos, con su tía abuela a la izquierda. Atrás la fila estaba llena de amigos, seguramente universitarios, deducir quién es alguien y con quién anda es algo que Andrea hace cuando está sola.
            Los comerciales le fueron aburridos, iba tanto al cine que el que dice al final “Gobierno de Chile” ya no le daba risa como la primera vez. Fue al baño, le pidió a la niñita que le cuidara las cosas, estaba un poco abrumada con la película. Orinó achuntándole a la taza del baño, sin sentarse, su madre siempre le repetía que en los baños públicos había gérmenes, enfermedades de transmisión sexual e incluso espermios y aunque fuera baño de mujeres nunca debía sentarse, no quería enfermarse ni menos quedar embarazada de un cochino que tirara sus semillitas en un baño público del sexo opuesto. Se limpió con el característico papel higiénico de los cines y se fue a lavar las manos. Como siempre el lavamanos estaba mojado con agua y ella se empapó la chaleca al apoyarse. Se echó mucho jabón en las manos, le gusta apretar el botón del dispensador del jabón, se enjuagó y arregló su cabellera sin arreglo ante el espejo.
            Al volver a la sala vio su puesto ocupado por una pareja de lesbianas, lo notó por la ropa y la forma en se hablaban. Ellas, siendo un intento fallido de rebeldía, con ropa rota y peinados punk, se comían las palomitas riendo. “¡Comida gratis!” dijo una. “Pobre idiota la que dejó su puesto” agregó la otra. La niña y sus primos mayores vieron entrar a Andrea a la sala, le evitaron la mirada cuando pasó cerca. Ella no es de las personas que pelean y sabía que si le decía algo a esas lesbianas terminarían pegándole y tirándole el pelo, así que fue a sentarse dos filas más arriba, y por suerte le quedaban unas galletas con chispitas de chocolate en el bolsillo secreto de su chaleco.
            La película era lenta, contaba la historia de la construcción de un juego luminario, Andrea no notó los mensajes subliminales (por lo que dos días después la sacaron de cartelera). Se apoyó en el asiento delantero para estar más cómoda y respiró hondamente como quien suspira al revés. En aquel suspiro inverso entraron por su boca y nariz mil partículas ajenas, un aroma nuevo. Se sintió extraña, como si un revólver de dicha le disparara directo al estómago y al vaso. Le subió el color a la cara y el corazón a las sienes, golpeteando, molestando. Tanto que tuvo que masajeárselas para disipar el dolor.
            Sorprendida estaba por esa sensación extraña de placer, se acercó un poco más al asiento delantero y olió. No sabía a qué relacionar el particular olor, era tan denso, tan satisfactorio, miró sobre el asiento y vio la cabeza de un hombre joven, un par de años mayor que ella. A su lado estaba una amiga y un compañero de cuarto, ella era sólo una amiga, Andrea lo sabe porque no podía ser otra cosa. El  cabello del joven que expelía aquel olor era oscuro, muy oscuro y brillante, pero no negro. Sus brazos, musculosos, la cara no sabía, al estar detrás de él Andrea no pudo ver su rostro, pero lo imaginó hermoso, alguien que oliera perfecto debía tener un rostro perfecto.
            El nudo en la película ya se estaba desenlazando, olió y olió para saber qué le recordaba ese aroma. Naranjas. No. Romero y canela. No, imposible. Pino silvestre. No, mientras Andrea pensaba el pequeño niño sentado a su lado se comía las galletas como todo un bandido. Limón y cloro. No, no, no, no, no, debe ser algo así como seco, flores, ¡transpiración!... ¡transpiración y flores secas!.
            Andrea inhaló profundo una vez más, sí, era transpiración y flores secas. Apretó suavemente el relleno del asiento, ya quería que la película terminase, para poder verlo, y si su estúpida amiga y su compañero de cuarto se alejaban, ella tendría la oportunidad de hablarle. Hablarle y tocar sus músculos, su pectoral transpirado, el olor a flores tan secas y perfumadas, un olor abrazador, caliente, vibrante. Ya nada le importaba a su alrededor, lo anhelaba, lo olorozaba. La película terminó, Andrea quería verlo, sin embargo él se puso la capucha y no miró hacia atrás, salió indiferente, ajeno a lo que ella sintió. Lo último que pudo ver de él fue su polerón mostaza y sus jeans negros perdiéndose en las escaleras.
            Desde entonces Andrea vuelve al cine, a ver películas infantiles, los estrenos, con la vaga esperanza de encontrarlo o tan solo volver a sentir su dulce aroma, entre el olor a palomitas y el sorber de las bebidas.

            Quizás la veas oliendo disimuladamente en los puestos delante de ella, en una de esas te huele, tal vez eras tú, transpiración fuerte y flores secas. ¡Pobre! ¿Por qué la ignoraste? ¿No te diste cuenta acaso del perfume que ella estaba usando? Ya. Qué más da. Andrea no notó que tras ella había un tipo cuyo sentido de vida durante la película lo encontró en ella y su nuevo perfume barato.


Dedicado totalmente a la Bárbara, nada tan hermoso como reencontrarse con la niña con la que bailaste cueca en el barrio, un dieciocho de septiembre de cuando eras pequeño. Y luego conversar sobre la vida, llorar y llegar tarde a la casa para que mi mamita me castigue.

jueves, 22 de mayo de 2014

Les dejo un microcuento por los 20 años de CRA (Centro de Recursos de Aprendizaje) uno de mis lugares favoritos en el colegio, la biblioteca.


Cariño Resuelve Amaneceres



Necesitaba estar solo, estaba cansado, pruebas, discusiones. Mi madre abrió la puerta con un poema que decía que las vocales aprendería. Fui ángel, fui locutor, fui concursante, vi todos los años el acto del día del libro. Era feliz, cada vez que quería abrirme al cielo viajaba al mundo de las flores, donde los colores de los libros eran tan distintos a la escala de grises que me perseguía. 
Caracola Resonante Alienígena. 
Cavernícola Risueño Artista. 
CRA. Le tiro flores. Abrí el libro-álbum con historias infantiles y volví a ser un niño, leer García Márquez con La cabeza en la bolsa.

lunes, 19 de mayo de 2014

Acá les dejo un microcuento perdedor de Valparaíso en 100 palabras hecho de mi puño y letra de word.


Día Cualquiera

Pasó toda la mañana en facebook, para almorzar se encontró con su abuela en la panadería, fue a fumar pitos a la plaza, caminó con su novia por el puerto, anduvo en lancha, miró los lobos marinos, volvió a tierra y pateó a un perro vago. No sabía que fuera de su casa lo esperaban para patearlo a él.

No lo encuentro muy bueno que digamos, creo que le falta novedad, o no sé. Saludos (realmente no les dejaría saludos porque no sabría a quién saludarían por mí y además... era broma, ando con paja de escribir contradicciones y tengo que hacer un trabajo de historia, chabela).

sábado, 17 de mayo de 2014

viernes, 16 de mayo de 2014

Hoy gracias a una amiga me enteré que la palabra "sociabilizar" sí existe, la RAE lo confirma.
Mamá, ¡me retaste tanto tiempo por hablar bien! tema superadeichon.
Ahora mi primer cuento publicado, en la vigésima versión de la  revista "Botella del Náufrago". Es un microcuento inspirado en uno de esos comunes días de resfriado en los que no podía parar de sonarme, debórenlo a su gusto queridos lectores internetienses.


El cocodrilo no quiere salir del bosque
Un cocodrilo verde juega en el bosque. En el bosque verde hay árboles y en los árboles verdes hay hojas. En las verdes hojas de los árboles hay algunas orugas. Esas orugas comen y luego se cubren de crisálidas transparentes. De esas crisálidas transparentes salen verdes mariposas. Algunas de esas mariposas vuelan y se apoyan en la laguna transparente, otras caen hasta el estómago.
            El cocodrilo verde tiene hambre, intenta cazar con sus feroces mandíbulas a algún canario desprevenido o a un faisán dorado. Hiere a un amarillo canario indefenso que se mancha de roja sangre. Mientras, en el lago, nadan peces.
            Crecen narcisos amarillos entremedio del bosque, algunos canarios caen.
            De repente se desborda  la laguna y comienza a avanzar entre el bosque; escurre líquido por la nariz de Agustín. Él se suena, algunos árboles caen y consigo llevan verdes mariposas y amarillos canarios, algunos manchados de rojo.
            Corre, desesperado corre el cocodrilo sin querer salir del bosque. Los peces se ahogan sin la laguna.
            Con fuerza, Agustín sopla por su nariz y como una masa amorfa quedan plasmados el bosque, los árboles, las hojas, las orugas, las crisálidas y las mariposas en el pañuelo con el que se suena Agustín.
            El cocodrilo no tuvo fuerza suficiente, también terminó en el pañuelo
            Agustín empezó a toser. Por su garganta suben los narcisos, faisanes, algunas mariposas y canarios  que por su boca escapan volando.


            Todo ese ecosistema estaba en las cavidades nasales de Agustín. Ahora sabe que no debe andar a pies descalzos por su casa en otoño, menos aún en el próximo invierno.


Saludos lectores imaginarios, un abrazo de oso (realmente no les daría un abrazo de oso, porque al no ser oso no creo que pueda dar un abrazo de tal magnitud, si es que los osos se abrazan... a menos que sea Winnie Pooh claro. Pero bueno, hagamos que sí).

jueves, 15 de mayo de 2014

¡Buena cabross! estaba buscando un espacio donde poder mostrar fotos, cuentos, opiniones, etc. Y pues bueno, me decidí por Blogspot, así que ésta es mi primera publicación, tiene que ser mamona y un poco patética, sino no tendría el carácter necesario de una primera publicación; así que si quieren lloren conmigo, corten flores y tiren arroz al aire porque ahora se vendrá lo bueno.
 El año pasado me hice un tumblr. porque soy joven y se decía que todos los jóvenes podían expresarse libremente en tumblr y bla bla bla. Me hice uno, llegué a los 140 seguidores, pero solo una o dos personas le tomaban el verdadero peso a mis publicaciones (que no eran igual a todas las demás). No es que anhele ser diferente, pero eso es lo que somos todos, diferentes, y ya estaba aburrido de ver imágenes lastimosas, porno, estereotipos de belleza, gente que se luce sólo por su ropa y/o físico, frases depre, frases que dicen "sonríe, la vida es bella", indirectas [hacer indirectas generalmente me parece una de las cosas mas tontas en las redes sociales, directo para todos los que hacen indirecta tras indirecta], fotos de comida (?) entre otras publicaciones absurdas y repetidas. Sí, hay que admitir que hay gente original, gente con ideales propios que no sólo rebloguea, gente que inventa, crea, etc. Pero de mi círculo eran muy pocos.
En facebook no es acorde escribir volás profundas o poner fotos artísticas, pierden el sentido. Facebook es como una red para sociabilizar (si sé que es socializar, pero pongo sociabilizar y ke), pasarla bien, no expresarse taanto, porque hay que admitirlo, tenemos "amigos" en face que no nos gustaría que vieran algunas (muchas) cosas.
Mucho bla bla, poca acción, en mi segunda publicación les pondré un cuento mío.
Saludos lectores imaginarios, un beso en la frente bien salivoso (realmente no le daría un beso en la frente a un lector que podría ser cualquier persona, menos salivoso ¡que asco! pero bueno, hagamos que sí).